Sin duda, uno de los mayores peligros a los que se enfrenta un hogar es la humedad que se puede formar en diferentes estancias. En nuestra mano, y también gracias a diferentes aislantes, está impedirla. Por eso, vamos a tratar cómo eliminar la humedad por condensación en nuestra vivienda.
Cómo evitar la humedad por condensación
En primer lugar, vamos a definir qué entendemos por humedad por condensación. Se trata de un fenómeno por el que se produce el paso del agua, de su estado de vapor, al estado líquido, por lo que se acumula sobre superficies frías. En las casas suele producirse, por tanto, en ventanas, techos y muros que dan al exterior.
¿Y cómo se produce en el interior de un hogar? Hay varios factores, y muy comunes en nuestro día a día. Una mala ventilación natural, la falta de un sistema de extracción de humos o deshumidificación, cocinar, lavar…
Es importante resaltar que el incremento de la humedad en el interior de una vivienda no sólo afecta a las diferentes estancias del inmueble (especialmente a la cocina y los baños), también puede resultar perjudicial para la salud de las personas que residen en la misma.
Consejos para combatir la humedad por condensación
Llegados a este punto, y una vez están claros los principales factores que provocan el aumento de la humedad en una casa, pasemos a ver algunos consejos básicos para combatirla.
Instalar extractores de aire y deshumidificadores: se trata de los aparatos que mejor quitan la humedad por condensación en una vivienda. En el caso de estos últimos, absorben el aire húmedo interior y le restan vapor de agua, condensándolo en un depósito. De este modo, en apenas unas horas reducen los niveles de humedad de casi el 100% hasta en torno al 40-50%.
Reducir el tiempo de las duchas, especialmente cuando esté presente ya la condensación en paredes, ventanas, revestimientos o cielorrasos. Duchas más cortas ayudarán a evitar el incremento de la condensación y, por ende, de la humedad en los baños.
Ventilar bien tras las duchas: O lo que es lo mismo, no tener las ventanas del baño cerradas mientras abrimos la puerta para intentar ventilar (cuando en realidad estamos enviando el vapor al resto del inmueble), sino abrir durante un buen tiempo las ventanas para que éste salga al exterior. Igualmente, cuando cocinemos es aconsejable tener la puerta de la cocina también cerrada, y las ventanas abiertas, por este mismo motivo.
No secar la ropa, toallas o sábanas en el interior de la casa. La meteorología en ocasiones obliga a ello, pero hay que intentar no tender en el interior del hogar, ya que el agua que las diferentes prendas pierden se traslada al aire, que crece en humedad, lo que provoca condensación en paredes, techos y suelos.
Ventilación, sí, pero ventilación cruzada: Si abrimos una sola ventana, es difícil que logremos nada en nuestra lucha por evitar la condensación. Tenemos que poner en práctica la ventilación cruzada, lo que, además, nos permitirá reducir el aire viciado en el interior del inmueble.
Cómo eliminar la humedad por condensación: el aislamiento térmico
Junto a todo ello, en Horlasa nos gusta recordar las ventajas que para una vivienda tiene contar con aislamiento térmico, ya que protege la temperatura, el aire y la humedad de la casa.
Con la apuesta por este tipo de aislamiento, se favorece la salubridad del interior del edificio, puesto que baja el riesgo de condensación y, además, se combate la proliferación de microorganismos como el moho.